Juan, 5
2. Junto a la puerta de las Ovejas, en Jerusalén, hay una piscina llamada en hebreo Betsata, que tiene cinco pórticos.
2. Junto a la puerta de las Ovejas, en Jerusalén, hay una piscina llamada en hebreo Betsata, que tiene cinco pórticos.
San Juan 5 es un capítulo que habla sobre la curación de un hombre que había estado enfermo durante 38 años y cómo causó controversia entre los líderes religiosos de la época. Además, Jesús se presenta como el Hijo de Dios y habla sobre la autoridad que le dio su Padre. A continuación, cinco versos relacionados con los temas abordados en St. John 5:
Juan 5:21: "Porque, tal como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así el Hijo da vida a quien quiere". Este versículo muestra la autoridad que Jesús posee para otorgar vida y resucitar a los muertos.
Juan 5:24: "Digo la verdad: el que escucha mi palabra y cree en el que me envió tiene vida eterna y no será condenado, pero ha pasado de la muerte a la vida". En este versículo, Jesús habla sobre la salvación que se logra a través de la fe en Dios y en su mensaje.
Juan 5:39: "Estudias cuidadosamente las Escrituras, porque piensas que tienes vida eterna en ellas. Y son las Escrituras las que me presencian". Este versículo muestra cómo los líderes religiosos de la época estaban atrapados con las tradiciones y la letra de la ley, sin comprender el verdadero significado de las Escrituras y el mensaje de Jesús.
Juan 5:44: "¿Cómo puedes creer, si se aceptan gloria el uno del otro, pero no busques la gloria que proviene del único Dios?" En este versículo, Jesús habla sobre la búsqueda de la gloria y el reconocimiento humano, en lugar de buscar la aprobación y la gloria de Dios.
Juan 5:46-47: "Si crecieras en Moisés, me creerían, porque él escribió sobre mí. Pero si no creen en sus escritos, ¿cómo creerán lo que digo?" Jesús habla sobre cómo su mensaje está de acuerdo con las Escrituras y que aquellos que no creen en sus palabras realmente no están siguiendo las enseñanzas de Moisés y los profetas.
“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina
