Löydetty 156 Tulokset: propia

  • Todos los creyentes tenían un solo corazón y una sola alma, y nadie llamaba propia cosa alguna de cuantas poseían, sino que tenían en común todas las cosas. (Hechos 4, 32)

  • Cuidad de vosotros y de todo el rebaño del que el Espíritu Santo os ha constituido como guardianes para apacentar la Iglesia de Dios, que ha adquirido con su propia sangre. (Hechos 20, 28)

  • sólo tenían contra él ciertas cuestiones acerca de su propia religión y de un tal Jesús, que ha muerto y que Pablo decía que estaba vivo. (Hechos 25, 19)

  • Pues cuando los paganos, que no tienen ley, practican de una manera natural lo que manda la ley, aunque no tengan ley, ellos mismos son su propia ley. (Romanos 2, 14)

  • ya que la creación fue sometida al fracaso, no por su propia voluntad, sino por el que la sometió, con la esperanza (Romanos 8, 20)

  • Quisiera ser objeto de maldición, separado incluso de Cristo, por el bien de mis hermanos, los de mi propia raza; (Romanos 9, 3)

  • pues no reconociendo la justicia de Dios y buscando establecer la justicia propia, no se sometieron a la justicia de Dios; (Romanos 10, 3)

  • Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza era olivo silvestre, y contra la propia naturaleza fuiste injertado en el olivo bueno, ¡cuánto más ellos, las ramas naturales, serán injertadas en el propio olivo! (Romanos 11, 24)

  • Así que el que se opone a la autoridad, se opone al orden puesto por Dios; y los que se oponen recibirán su propia condenación. (Romanos 13, 2)

  • Uno distingue un día de otro día, otro juzga todos los días iguales; cada uno proceda según su propia opinión. (Romanos 14, 5)

  • El mundo con su propia sabiduría no reconoció a Dios en la sabiduría manifestada por Dios en sus obras. Por eso Dios ha preferido salvar a los creyentes por medio de una doctrina que parece una locura. (I Corintios 1, 21)

  • Si hiciera esto por propia voluntad, merecería recompensa; pero si lo hago por mandato, cumplo con una misión que se me ha confiado. (I Corintios 9, 17)


“Caminhe com alegria e com o coração o mais sincero e aberto que puder. E quando não conseguir manter esta santa alegria, ao menos não perca nunca o valor e a confiança em Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina