Löydetty 173 Tulokset: ofrendas quemadas

  • y un macho cabrío para el sacrificio por el pecado, además del holocausto diario, con sus correspondientes ofrendas de pan y de vino. (Números 29, 34)

  • con las correspondientes ofrendas de pan y de vino, según el número de novillos, carneros y corderos; (Números 29, 37)

  • y un macho cabrío en sacrificio por el pecado, además del holocausto diario, con sus correspondientes ofrendas de pan y de vino. (Números 29, 38)

  • Esto es lo que ofreceréis al Señor en vuestras fiestas, además de vuestras ofrendas votivas o espontáneas, de vuestros holocaustos, ofrendas de pan y de vino y sacrificios de reconciliación". (Números 29, 39)

  • allí llevaréis vuestros holocaustos y sacrificios, vuestros diezmos y contribuciones, vuestros votos y vuestras ofrendas voluntarias, los primogénitos de vuestro ganado mayor y menor. (Deuteronomio 12, 6)

  • No podrás comer en tu residencia los diezmos de tu trigo, de tu mosto y de tu aceite, ni los primogénitos de tus vacas y tus ovejas, ni tus votos u ofrendas voluntarias, (Deuteronomio 12, 17)

  • Entonces celebrarás la fiesta de las semanas en honor del Señor, tu Dios, y presentarás ofrendas voluntarias en proporción de los bienes con que el Señor, tu Dios, te haya bendecido. (Deuteronomio 16, 10)

  • sino que cada cual hará sus ofrendas en proporción de los bienes con que el Señor, tu Dios, te haya bendecido. (Deuteronomio 16, 17)

  • ante los que comían la grasa de sus víctimas y bebían el vino de sus ofrendas? ¡Que se levanten y os socorran, que sean para vosotros un refugio! (Deuteronomio 32, 38)

  • si hemos levantado un altar para desviarnos del Señor y para ofrecer en él holocaustos, ofrendas y sacrificios de reconciliación, que el Señor nos pida cuenta de ello. (Josué 22, 23)

  • Lejos de nosotros el pensamiento de rebelarnos contra el Señor y de querer abandonarle hoy levantando un altar para ofrecer holocaustos, sacrificios y ofrendas, fuera del altar del Señor, nuestro Dios, levantado en su morada". (Josué 22, 29)

  • El pecado de los jóvenes era muy grande ante el Señor, porque trataban con desprecio las ofrendas hechas al Señor. (I Samuel 2, 17)


“Deus nunca me recusou um pedido”. São Padre Pio de Pietrelcina