Löydetty 346 Tulokset: guerra santa

  • A la séptima vuelta, mientras los sacerdotes tocaban las trompetas, Josué dijo al pueblo: "Dad el grito de guerra, porque el Señor os ha entregado la ciudad". (Josué 6, 16)

  • El Señor dijo a Josué: "No tengas miedo ni te acobardes. Toma contigo todos los hombres de guerra, levántate y sube contra Ay. Mira, yo pongo en tus manos al rey de Ay, a su pueblo, su ciudad y su tierra. (Josué 8, 1)

  • Josué se dispuso con todos los hombres de guerra para subir contra Ay. Escogió treinta mil hombres valientes y los hizo partir de noche, (Josué 8, 3)

  • Todos los hombres de guerra que estaban con él subieron, se acercaron, llegaron frente a la ciudad y acamparon al norte de Ay. Entre él y Ay había un valle. (Josué 8, 11)

  • Salieron con todos sus ejércitos, una multitud innumerable como la arena del mar, y con muchísimos caballos y carros de guerra. (Josué 11, 4)

  • Josué, con su gente de guerra, llegó a las aguas de Merón y los atacó por sorpresa. (Josué 11, 7)

  • Éste es el territorio que tocó en suerte a la tribu de Manasés, el primogénito de José. A Maquir, primogénito de Manasés y padre de Galaad, hombre de guerra, le cayó en suerte Galaad y Basán. (Josué 17, 1)

  • en cuanto lo supieron, se reunieron en Silo para subir contra ellos y hacerles la guerra. (Josué 22, 12)

  • La noticia agradó a los israelitas y bendijeron a Dios; no hablaron más de ir contra ellos para hacerles la guerra y devastar la tierra en que vivían los de Rubén y los de Gad. (Josué 22, 33)

  • Balac, hijo de Sipor, rey de Moab, se levantó para hacer la guerra a Israel y mandó llamar a Balaán, hijo de Beor, para que os maldijese. (Josué 24, 9)

  • El Señor estaba con Judá, que conquistó la montaña; pero no pudo expulsar a los habitantes de la llanura, porque tenían carros de guerra. (Jueces 1, 19)

  • (fue únicamente para instruir en el arte de la guerra a los que no habían conocido las guerras de antes). (Jueces 3, 2)


“Não abandone sua alma à tentação, diz o Espírito Santo, já que a alegria do coração é a vida da alma e uma fonte inexaurível de santidade.” São Padre Pio de Pietrelcina