Löydetty 326 Tulokset: familia de Efraín

  • mío es Galaad y mío Manasés, Efraín es yelmo de mi cabeza y Judá mi cetro, (Salmos 108, 9)

  • instala a la estéril en su casa, madre gozosa de toda la familia. (Salmos 113, 9)

  • Por entonces Matatías, hijo de Juan, hijo de Simeón, sacerdote de la familia de Yoarib, abandonó Jerusalén y fue a establecerse en Modín. (I Macabeos 2, 1)

  • Dejó a Lisias, hombre noble y de familia real, encargado de los asuntos de estado desde el río Éufrates hasta los confines de Egipto, (I Macabeos 3, 32)

  • En las frecuentes batallas libradas en nuestro país, Simón, hijo de Matatías, de la familia de Yoarib, y sus hermanos, han expuesto con peligro sus vidas y han resistido a los enemigos de su nación para salvar el templo y la ley, conquistando gloria imperecedera para su nación. (I Macabeos 14, 29)

  • Y el que a muchos había obligado a salir de la patria, pereció en tierra extranjera, entre los lacedemonios, en quienes pensaba encontrar protección en gracia de los lazos de familia. (II Macabeos 5, 9)

  • No teme la nieve para su casa, porque toda su familia lleva doble vestido. (Proverbios 31, 21)

  • Así tu soberanía fue dividida, y surgió de Efraín un reino rebelde. (Eclesiástico 47, 21)

  • Y Jeroboán, hijo de Nabat, que hizo prevaricar a Israel y puso a Efraín en la senda del pecado; sus pecados se multiplicaron tanto, que fueron expulsados de su tierra. (Eclesiástico 47, 24)

  • Y se le anunció a la casa de David: "Siria ha acampado en Efraín". Entonces se estremeció el corazón del rey y el corazón del pueblo, como se estremecen con el viento los árboles del bosque. (Isaías 7, 2)

  • capital de Efraín es Samaría, y cabeza de Samaría el hijo de Romelías. Dentro de cinco o seis años, Efraín será destruido, dejará de ser pueblo. Si no creéis, no podréis subsistir. (Isaías 7, 9)

  • El Señor hará venir sobre ti, sobre tu pueblo y la casa de tu padre días tales como nunca vinieron desde que Efraín se separó de Judá, esto es, el rey de Asiria. (Isaías 7, 17)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina