Löydetty 609 Tulokset: estaba
que estaba con el procónsul Sergio Paulo, hombre prudente, el cual llamó a Bernabé y Saulo deseoso de oír la palabra de Dios. (Hechos 13, 7)
Cuando estaba para terminar su misión, Juan decía: Yo no soy lo que vosotros creéis que soy, sino que viene en pos de mí aquel de quien no soy digno de desatar la sandalia. (Hechos 13, 25)
Y así que cumplieron lo que acerca de él estaba escrito, lo bajaron del leño y lo sepultaron. (Hechos 13, 29)
El sacerdote de Júpiter, que estaba a la entrada de la ciudad, llevó toros adornados con guirnaldas ante las puertas, y, en unión de la muchedumbre, quería ofrecerles un sacrificio. (Hechos 14, 13)
El sábado salimos fuera de la ciudad y fuimos por la orilla del río, donde pensábamos que estaba el lugar de oración. Nos sentamos y nos pusimos a hablar con las mujeres que se habían reunido. (Hechos 16, 13)
Una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, fiel a Dios, nos estaba escuchando. El Señor abrió su corazón para que aceptase las cosas que Pablo decía. (Hechos 16, 14)
Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo, después de haber recorrido las regiones montañosas, llegó a Éfeso, encontró algunos discípulos (Hechos 19, 1)
Cada uno gritaba una cosa, de modo que la asamblea estaba alborotada y la mayor parte no sabía por qué se habían reunido. (Hechos 19, 32)
Un joven, llamado Eutico, estaba sentado en la ventana. Como Pablo se alargaba demasiado en su conversación, le entró un sueño tan profundo que, vencido por él, se cayó desde el tercer piso abajo, y lo levantaron ya cadáver. (Hechos 20, 9)
Mientras intentaban matarlo, se avisó al comandante de la guarnición de que toda Jerusalén estaba alborotada; (Hechos 21, 31)
Cuando se derramó la sangre de Esteban, tu testigo, yo mismo estaba allí, consintiendo y guardando las ropas de los que lo mataban. (Hechos 22, 20)
Festo respondió que Pablo estaba custodiado en Cesarea y que él mismo tenía que irse de Jerusalén muy pronto; (Hechos 25, 4)
