Löydetty 65 Tulokset: entraron

  • Otros, en tanto, subieron igualmente a la muralla, prendieron fuego a las torres y a las puertas y encendieron hogueras en las que quedaron abrasados vivos los blasfemos; derribaron las puertas, entraron todos los demás y se apoderaron de la ciudad. (II Macabeos 10, 36)

  • Por su parte, Judas y los suyos entraron en combate con súplicas y oraciones. (II Macabeos 15, 26)

  • Por la vanidad de los hombres entraron en el mundo, y por esto está decretado su rápido fin. (Sabiduría 14, 14)

  • Ellos entraron y tomaron posesión de ella; pero luego no escucharon tu voz ni caminaron según tu ley; no hicieron nada de cuanto les habías ordenado, y por eso has traído contra ellos toda esta desventura. (Jeremías 32, 23)

  • Después entraron donde el rey en el atrio del palacio, dejaron el libro en depósito en la sala del secretario Elisamá y refirieron al rey todo lo sucedido. (Jeremías 36, 20)

  • Todos los oficiales del rey de Babilonia entraron y establecieron sus cuarteles en la puerta del medio: Nergal-Sareser, príncipe de Samgar, oficial mayor; Nebusasbán, alto dignatario, y todos los demás oficiales del rey de Babilonia. (Jeremías 39, 3)

  • y entraron en Egipto, desobedeciendo así la voz del Señor, y llegaron hasta Tafnis. (Jeremías 43, 7)

  • Y por la calle de la puerta de arriba que da al norte llegaron seis hombres, cada cual con su instrumento de exterminio en la mano. En medio de ellos había un personaje, vestido de lino, con la cartera de escriba a la cintura. Entraron y se detuvieron junto al altar de bronce. (Ezequiel 9, 2)

  • Cuando los laicos vengan ante el Señor en las fiestas para adorar, los que entren por la puerta norte saldrán por la puerta sur, y los que entren por la puerta sur saldrán por la del norte; no saldrán por la puerta que entraron, sino que saldrán por la de enfrente. (Ezequiel 46, 9)

  • No comí manjar sabroso, ni carne ni vino entraron en mi boca, ni me ungí con perfume en el curso de estas tres semanas. (Daniel 10, 3)

  • Ellas hicieron lo que Susana había ordenado; cerraron las puertas del jardín y entraron en casa por una puerta lateral para traer lo que les había mandado. No sabían que los dos ancianos estaban allí escondidos. (Daniel 13, 18)

  • Durante la noche los sacerdotes entraron, como solían, con sus mujeres y sus hijos, y se lo comieron y bebieron todo. (Daniel 14, 15)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina