Löydetty 564 Tulokset: aquel

  • No podemos bajar si no viene con nosotros nuestro hermano menor, porque no seremos recibidos por aquel hombre si nuestro hermano menor no va con nosotros. (Génesis 44, 26)

  • Ellos trajeron a José sus ganados, y les dio alimentos a cambio de caballos, ovejas, bueyes y asnos... Así todo aquel año les proveyó de pan a cambio de ganados. (Génesis 47, 17)

  • Pasado aquel año, volvieron al año siguiente y le dijeron: "No podemos ocultar a nuestro señor que se nos ha acabado el dinero; también el ganado es ya de nuestro señor y ahora no nos queda para nuestro señor sino nuestro cuerpo y nuestras tierras. (Génesis 47, 18)

  • Aquel día Israel los bendijo diciendo: "Por vosotros Israel bendecirá así: Que Dios os haga como a Efraín y Manasés". Y puso a Efraín delante de Manasés. (Génesis 48, 20)

  • El cetro no será arrebatado de Judá, ni el bastón de mando de entre sus pies hasta que venga aquel a quien pertenece y a quien los pueblos obedecerán. (Génesis 49, 10)

  • Cuando los cananeos que habitaban en aquella región vieron aquel luto en la era de Atad se dijeron: "Éste es gran luto para los egipcios". Por eso pusieron el nombre de "Luto de Egipto" a la era que está al otro lado del Jordán. (Génesis 50, 11)

  • Moisés aceptó quedarse a vivir en casa de aquel hombre, que le dio a su hija Séfora por mujer. (Exodo 2, 21)

  • Aquel mismo día el Faraón dio esta orden a los capataces e inspectores del pueblo: (Exodo 5, 6)

  • Éstos son aquel Aarón y aquel Moisés a quienes dijo el Señor: "Sacad de Egipto a los israelitas por escuadras"; (Exodo 6, 26)

  • Moisés extendió su bastón sobre Egipto, y el Señor hizo soplar sobre él el viento del este todo aquel día y aquella noche. Al amanecer, el viento del este había traído la langosta, (Exodo 10, 13)

  • Aquel mismo día el Señor sacó a los israelitas del país de Egipto por escuadras. (Exodo 12, 51)

  • Así salvó el Señor aquel día a Israel de mano de los egipcios, e Israel vio a los egipcios muertos en la orilla del mar. (Exodo 14, 30)


“Quando te encontrares diante de Deus, na oração considera-te banhado na luz da verdade, fala-lhe se puderes, deixa simplesmente que te veja e não tenhas preocupação alguma”. São Padre Pio de Pietrelcina