Löydetty 182 Tulokset: Sión
Cuando el Señor haya concluido toda su obra en el monte Sión y en Jerusalén, castigará la altivez del corazón del rey de Asiria y la arrogancia de sus ojos altaneros. (Isaías 10, 12)
Por eso dice el Señor Dios omnipotente: No temas a Asiria, pueblo mío que habitas en Sión, cuando te hiere con la vara y alza el bastón contra ti, como lo hacía Egipto. (Isaías 10, 24)
Hoy mismo estará en Nob; alzará ya su mano contra el monte de la hija de Sión, contra la colina de Jerusalén. (Isaías 10, 32)
Exulta, grita de júbilo, habitante de Sión, pues grande es en ti el Santo de Israel. (Isaías 12, 6)
¿Qué se va a responder a los mensajeros de ese pueblo? Que el Señor ha fundado a Sión y en ella se cobijarán los pobres de su pueblo. (Isaías 14, 32)
Enviad el cordero al soberano de la tierra; desde Sela, a través del desierto, al monte de la hija de Sión. (Isaías 16, 1)
Entonces presentará ofrendas al Señor omnipotente el pueblo espigado y bronceado, el pueblo temido desde siempre, la gente robusta y dominante, cuya tierra está surcada de ríos, en el lugar donde reside el nombre del Señor omnipotente, el monte Sión. (Isaías 18, 7)
La luna enrojecerá, se avergonzará el sol; porque el Señor omnipotente reinará en el monte Sión, en Jerusalén, y ante sus ancianos brillará su gloria. (Isaías 24, 23)
Por eso, esto dice el Señor Dios: He aquí que pongo de cimiento en Sión una piedra probada, una piedra angular, preciosa, bien asentada. El que crea, no vacilará. (Isaías 28, 16)
Como el hambriento que sueña que come, pero despierta con el estómago vacío; o como el sediento que sueña estar bebiendo, y se despierta extenuado por la sed, con las fauces secas; así le ocurrirá a la multitud de las naciones que luchan contra el monte Sión. (Isaías 29, 8)
Sí, pueblo de Sión que habitas en Jerusalén, no llorarás más: él te dará su gracia, atento a tus gritos de súplica; en cuanto lo oiga, te responderá. (Isaías 30, 19)
Esto me ha dicho el Señor: Como el león o el cachorro ruge sobre su presa, y al acosarle el tropel de los pastores no se asusta de sus gritos ni se acobarda por su número, así el Señor todopoderoso bajará a pelear en el monte Sión y en su colina. (Isaías 31, 4)