Löydetty 44 Tulokset: Sansón

  • Sansón estuvo acostado hasta medianoche; a medianoche se levantó, cogió las dos hojas de las puertas de la ciudad, con los postes y el cerrojo, se las echó al hombro y se las llevó a la cima del monte que está frente por frente de Hebrón. (Jueces 16, 3)

  • Sansón se enamoró de una mujer del valle de Sorec, llamada Dalila. (Jueces 16, 4)

  • Dalila dijo a Sansón: "Dime, por favor, de dónde te viene tu extraordinaria fuerza y de qué modo podrías ser atado y sujetado". (Jueces 16, 6)

  • Sansón le contestó: "Si me atasen con siete cuerdas humedecidas, sin dejarlas secar, perdería mi fuerza y sería como otro hombre cualquiera". (Jueces 16, 7)

  • Tenía gentes escondidas en su habitación, y le gritó: "¡Sansón, los filisteos!". Él rompió las cuerdas como se rompe un hilo de estopa quemado, y así no se conoció el secreto de su fuerza. (Jueces 16, 9)

  • Dalila dijo a Sansón: "Te has burlado de mí, me has mentido. Dime, por favor, cómo habría que atarte". (Jueces 16, 10)

  • Dalila tomó sogas nuevas, lo ató con ellas, y le gritó: "¡Sansón, los filisteos!". Tenía gentes escondidas en su habitación, pero él rompió las cuerdas que tenía sobre los brazos como si fueran un hilo. (Jueces 16, 12)

  • Dalila dijo a Sansón: "Te has burlado de mí, me has mentido. Dime cómo habría que atarte". Él respondió: "Si me entretejes las siete trenzas de mi cabeza con hilos y las sujetas con un clavo de tejedor, perdería mi fuerza y sería como otro hombre cualquiera". (Jueces 16, 13)

  • Ella le durmió y entretejió las siete trenzas de su cabeza con hilos y las sujetó con un clavo de tejedor, y gritó: "¡Sansón, los filisteos!". Él se despertó y arrancó los hilos y el clavo de tejedor. Y así no se conoció el secreto de su fuerza. (Jueces 16, 14)

  • Y tanto le insistía día tras día con la misma pregunta que Sansón, ya desesperado, (Jueces 16, 16)

  • Ella durmió a Sansón sobre sus rodillas y llamó a un hombre, que le cortó las siete trenzas de su cabeza. Entonces él comenzó a perder su fuerza hasta que la perdió por completo. (Jueces 16, 19)

  • Ella dijo: "¡Sansón, los filisteos!". Él se despertó y se dijo: "Saldré como tantas otras veces y me las arreglaré". Pero no sabía que el Señor lo había abandonado. (Jueces 16, 20)


“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina