Löydetty 44 Tulokset: Sansón

  • Algún tiempo después, en los días de la siega del trigo, Sansón fue a ver a su mujer. Le llevaba un cabrito. Y dijo: "Quiero entrar a ver a mi mujer en la alcoba". Pero el suegro no le dejó entrar, (Jueces 15, 1)

  • Sansón le dijo: "Ahora sí que soy inocente del mal que voy a hacer a los filisteos". (Jueces 15, 3)

  • Los filisteos preguntaron: "¿Quién ha hecho esto?". Y les dijeron: "Ha sido Sansón, el yerno del timnita, porque éste le ha quitado su mujer y se la ha dado a un compañero suyo". Entonces los filisteos subieron y quemaron a la mujer y la casa de su padre. (Jueces 15, 6)

  • Sansón les dijo: "Por haber hecho esto, yo no estaré tranquilo hasta que me haya vengado de vosotros". (Jueces 15, 7)

  • Los hombres de Judá les preguntaron: "¿Por qué habéis venido contra nosotros?". Ellos respondieron: "Hemos venido para atar a Sansón, para tratarle como él nos ha tratado". (Jueces 15, 10)

  • Tres mil hombres de Judá fueron a la cueva de Etán para decir a Sansón: "¿No sabes que estamos bajo el dominio de los filisteos? ¿Qué es lo que has hecho?". Él les respondió: "Los he tratado como ellos me trataron a mí". (Jueces 15, 11)

  • Entonces le dijeron: "Hemos venido para atarte y entregarte en manos de los filisteos". Sansón respondió: "Juradme que no me mataréis". (Jueces 15, 12)

  • Sansón dijo: "Con la quijada de asno los he zurrado bien; con la quijada de asno he matado a mil hombres". (Jueces 15, 16)

  • El Señor abrió la pila que hay en Lejí, y salió de ella agua. Sansón bebió y se reanimó. Por eso a la fuente de Lejí se la llama hasta la fecha En Hacoré. (Jueces 15, 19)

  • Sansón fue juez de Israel durante veinte años, en la época de los filisteos. (Jueces 15, 20)

  • Sansón se fue a Gaza, donde había una prostituta, y entró en su casa. (Jueces 16, 1)

  • Cuando los de Gaza supieron que Sansón estaba allí, la cercaron y estuvieron todo el día en acecho a las puertas de la ciudad. Por la noche se fueron tranquilos a sus casas diciendo: "Al venir el día lo mataremos". (Jueces 16, 2)


“Diante de Deus ajoelhe-se sempre.” São Padre Pio de Pietrelcina