Löydetty 136 Tulokset: Saco

  • Al oírlos, el rey Ezequías se rasgó las vestiduras, se vistió de saco y entró en el templo del Señor. (Isaías 37, 1)

  • Luego mandó al mayordomo de palacio Eliaquín, al secretario Sebná y a los ancianos de los sacerdotes, vestidos de saco, donde el profeta Isaías, hijo de Amós. (Isaías 37, 2)

  • ¿Es éste acaso el ayuno que me agrada, el día en que el hombre se mortifica? ¿Doblar como un junco la cabeza, acostarse en el saco y la ceniza? ¿A eso llamas ayuno, día agradable al Señor? (Isaías 58, 5)

  • Ellos se acordaron de los días de antaño, de su siervo Moisés. ¿Dónde está aquel que sacó del mar al pastor de su rebaño? ¿Dónde el que puso dentro de él su santo espíritu?; (Isaías 63, 11)

  • No dijeron: ¿Dónde está el Señor, que nos sacó de Egipto, que nos guió a través del desierto por una tierra árida y escabrosa, tierra reseca y de tinieblas, tierra por donde no pasa ningún hombre y donde nadie se establece? (Jeremías 2, 6)

  • Hija de mi pueblo, vístete de saco, échate en la ceniza, ponte de luto como por un hijo único, con amargos lamentos. Porque cae de improviso el devastador sobre nosotros. (Jeremías 6, 26)

  • Sin embargo, vienen días -dice el Señor- en que ya no se dirá: "¡Vive el Señor, que sacó a los israelitas de Egipto!", (Jeremías 16, 14)

  • Vienen días -dice el Señor- en que no se dirá ya: "Vive Dios, que sacó a los israelitas de Egipto", (Jeremías 23, 7)

  • sino: "¡Vive Dios, que sacó y trajo a la estirpe de la casa de Israel del país del norte y de todos los lugares donde los había dispersado para que habiten de nuevo en su propia tierra!". (Jeremías 23, 8)

  • A Sedecías le sacó los ojos y lo aherrojó con una doble cadena de bronce para llevarlo luego a Babilonia. (Jeremías 39, 7)

  • Luego sacó los ojos a Sedecías y lo aherrojó con una doble cadena de bronce; finalmente, el rey de Babilonia lo llevó a Babilonia y lo metió en la cárcel, donde estuvo hasta el día de su muerte. (Jeremías 52, 11)

  • En el año treinta y siete de la deportación de Jeconías, rey de Judá, el día veinticinco del duodécimo mes, Evil Merodac, rey de Babilonia, el año de su subida al trono, indultó a Jeconías, rey de Judá, y lo sacó de la cárcel. (Jeremías 52, 31)


“Seja grato e beije docemente a mão de Deus. É sempre a mão de um pai que pune porque lhe quer bem” São Padre Pio de Pietrelcina