Löydetty 501 Tulokset: Bel

  • Murió y fue sepultado en Belén. (Jueces 12, 10)

  • porque vas a concebir y darás a luz un hijo. No se le cortará el cabello, porque el niño estará consagrado al Señor desde el vientre de su madre. Él comenzará a salvar a Israel de la mano de los filisteos". (Jueces 13, 5)

  • le dijo la verdad: "No me he cortado nunca el cabello, porque estoy consagrado a Dios desde el vientre de mi madre. Si me lo cortasen, perdería toda mi fuerza y sería como otro hombre cualquiera". (Jueces 16, 17)

  • Entretanto su cabellera comenzó a crecer como antes. (Jueces 16, 22)

  • Había en Belén un levita extranjero, de la tribu de Judá. (Jueces 17, 7)

  • Salió de Belén de Judá para establecerse donde pudiese. En su caminar llegó a la montaña de Efraín, a casa de Micá. (Jueces 17, 8)

  • Micá le preguntó: "¿De dónde vienes?". Él le respondió: "Soy un levita de Belén de Judá, y voy de camino para establecerme donde pueda". (Jueces 17, 9)

  • En aquel tiempo, cuando no había rey en Israel, un levita que vivía en la montaña de Efraín tomó por concubina a una mujer de Belén de Judá. (Jueces 19, 1)

  • Ella se disgustó con él y se fue a casa de su padre, a Belén de Judá, y estuvo allí cuatro meses. (Jueces 19, 2)

  • Él respondió: "Venimos de Belén de Judá y vamos a la montaña de Efraín. Yo soy de allí. Fui a Belén de Judá, y ahora vuelvo a mi casa; pero nadie quiere hospedarme en su casa. (Jueces 19, 18)

  • En los días en que gobernaban los jueces hubo una gran carestía en Palestina, y un hombre de Belén de Judá emigró al país de Moab con su mujer y sus dos hijos. (Rut 1, 1)

  • Él se llamaba Elimélec, su esposa Noemí y sus dos hijos Majlón y Kilión, todos efrateos de Belén de Judá. Llegaron a Moab y se establecieron allí. (Rut 1, 2)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina