Löydetty 227 Tulokset: trono blanco
David, por su piedad, heredó un trono real para siempre. (I Macabeos 2, 57)
Lisias, al saber la muerte del rey, puso en el trono a su hijo Antíoco, al que había educado desde niño, y le dio el sobrenombre de Eupátor. (I Macabeos 6, 17)
Se enteró Lisias de que Filipo, aquel a quien el rey Antíoco había confiado antes de morir la educación de su hijo Antíoco para el trono, (I Macabeos 6, 55)
El ejército los mató y Demetrio se sentó en su trono real. (I Macabeos 7, 4)
le apresaron vivo y le obligaron, a él y a sus sucesores en el trono, a pagarles un gran tributo, a entregar rehenes y a ceder (I Macabeos 8, 7)
Aquellos a quienes quieren ayudar a conseguir el trono, reinan; y deponen a los que ellos quieren. Han alcanzado gran altura. (I Macabeos 8, 13)
«Vuelto a mi reino, me he sentado en el trono de mis padres y ocupado el poder después de derrotar a Demetrio y hacerme dueño de nuestro país; (I Macabeos 10, 52)
porque trabé combate con él y luego de derrotarle a él y a su ejército, nos hemos sentado en su trono real. (I Macabeos 10, 53)
El rey Tolomeo le contestó diciendo: «¡Dichoso el día en que, vuelto al país de tus padres, te sentaste en el trono de su reino! (I Macabeos 10, 55)
y le instaba a que se lo entregase para ponerlo en el trono de su padre. Le puso al corriente de toda la actuación de Demetrio y del odio que le tenían sus tropas. Permaneció allí muchos días. (I Macabeos 11, 40)
El rey Demetrio se sentó en el trono de su reino y la tierra quedó sosegada en su presencia. (I Macabeos 11, 52)
Cuando estaban cerca de Jerusalén, apareció poniéndose al frente de ellos, un jinete vestido de blanco, blandiendo armas de oro. (II Macabeos 11, 8)
