Löydetty 259 Tulokset: orden

  • Nabucodonosor exclamó: «Bendito sea el Dios de Sadrak, Mesak y Abed Negó, que ha enviado a su ángel a librar a sus siervos que, confiando en él, quebrantaron la orden del rey y entregaron su cuerpo antes que servir y adorar a ningún otro fuera de su Dios. (Daniel 3, 95)

  • Entonces di orden de traer a mi presencia a todos los sabios de Babilonia para que me dieran a conocer la interpretación del sueño. (Daniel 4, 3)

  • «Y la orden de dejar el tocón y las raíces del árbol, significa que tu reino se te conservará hasta que hayas reconocido que todo poder viene del Cielo. (Daniel 4, 23)

  • Entonces el rey dio orden de traer a Daniel y de arrojarle al foso de los leones. El rey dijo a Daniel: «Tu Dios, a quien sirves con perseverancia, te librará.» (Daniel 6, 17)

  • «Entiende y comprende: Desde el instante en que salió la orden de volver a construir Jerusalén, hasta un Príncipe Mesías, siete semanas y sesenta y dos semanas, plaza y foso serán reconstruidos, pero en la angustia de los tiempos. (Daniel 9, 25)

  • Como estrépito de carros, por las cimas de los montes saltan, como el crepitar de la llama de fuego que devora hojarasca; ¡como un pueblo poderoso en orden de batalla! (Joel 2, 5)

  • Pues he aquí que Yahveh da la orden y reduce la casa grande a escombros, y la casa pequeña a ruinas. (Amós 6, 11)

  • Pues he aquí que yo doy orden, y zarandearé a la casa de Israel entre todas las naciones, como se zarandea con la criba sin que ni un grano caiga en tierra. (Amós 9, 9)

  • Y Yahveh dio orden al pez, que vomitó a Jonás en tierra. (Jonás 2, 11)

  • Y sobre ti ha dado orden Yahveh: No habrá más descendencia de tu nombre; de la casa de tus dioses extirparé imágenes esculpidas y fundidas, preparé tu tumba, porque eres despreciable. (Nahún 1, 14)

  • Y ahora, a vosotros esta orden, sacerdotes: (Malaquías 2, 1)

  • Sabréis así que yo os dirigí esta orden para que subsitiera mi alianza con Leví, dice Yahveh Sebaot. (Malaquías 2, 4)


“Que Nossa Senhora aumente a graça em você e a faça digna do Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina