Löydetty 169 Tulokset: culto a Baal

  • Jesús le respondió: «Esta escrito: Adorarás al Señor tu Dios y sólo a él darás culto.» (Lucas 4, 8)

  • Os expulsarán de las sinagogas. E incluso llegará la hora en que todo el que os mate piense que da culto a Dios. (Juan 16, 2)

  • Pero yo juzgaré - dijo Dios - a la nación a la que sirvan como esclavos, y después saldrán y me darán culto en este mismo lugar. (Hechos 7, 7)

  • Entonces Dios se apartó de ellos y los entregó al culto del ejército del cielo, como está escrito en el libro de los Profetas: ¿Es que me ofrecisteis víctimas y sacrificios durante cuarenta años en el desierto, casa de Israel? (Hechos 7, 42)

  • Mientras estaban celebrando el culto del Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: «Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado.» (Hechos 13, 2)

  • «En cambio te confieso que según el Camino, que ellos llaman secta, doy culto al Dios de mis padres, creo en todo lo que se encuentra en la Ley y está escrito en los Profetas (Hechos 24, 14)

  • cuyo cumplimiento están esperando nuestras doce tribus en el culto que asiduamente, noche y día, rinden a Dios. Por esta esperanza, oh rey, soy acusado por los judíos. (Hechos 26, 7)

  • Pues esta noche se me ha presentado un ángel del Dios a quien pertenezco y a quien doy culto, (Hechos 27, 23)

  • - los israelitas -, de los cuales es la adopción filial, la gloria, las alianzas, la legislación, el culto, las promesas, (Romanos 9, 4)

  • Y ¿qué le responde el oráculo divino? Me he reservado 7.000 hombres que no han doblado la rodilla ante Baal. (Romanos 11, 4)

  • Os exhorto, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, que ofrezcáis vuestros cuerpos como una víctima viva, santa, agradable a Dios: tal será vuestro culto espiritual. (Romanos 12, 1)

  • Pues los verdaderos circuncisos somos nosotros, los que damos culto según el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús sin poner nuestra confianza en la carne, (Filipenses 3, 3)


“A sua função é tirar e transportar as pedras, e arrancar os espinhos. Jesus é quem semeia, planta, cultiva e rega. Mas seu trabalho também é obra de Jesus. Sem Ele você nada pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina