Löydetty 100 Tulokset: castigo divino

  • Acerca de esto, dueño y señor, no desestimes sus palabras; tenlas bien presentes, porque responden a la verdad. Pues muestra raza no recibe castigo ni la espada tiene poder sobre ellos, si no han pecado contra su Dios. (Judit 11, 10)

  • ¡Ay de las naciones que se alzan contra mi raza! El Señor Omnipotente les dará el castigo en el día del juicio. Entregará sus cuerpos al fuego y a los gusanos, y gemirán en dolor eternamente. (Judit 16, 17)

  • atendido que el autor de ellas ha sido colgado, con toda su familia, a las puertas de Susa: castigo merecido que, sin tardar, le ha enviado Dios, Señor universal. (Ester 16, 18)

  • ¿Va a guardar Dios para sus hijos su castigo? ¡que le castigue a él, para que sepa! (Job 21, 19)

  • Ya como castigo para los pueblos de la tierra, ya como gracia, él los envía. (Job 37, 13)

  • cuando era golpeado todo el día, y cada mañana sufría mi castigo! (Salmos 73, 14)

  • a nadie permitió oprimirles, por ellos castigó a los reyes: (Salmos 105, 14)

  • me castigó, me castigó Yahveh, pero a la muerte no me entregó. (Salmos 118, 18)

  • Mientras él yacía mudo y privado de toda esperanza de salvación, a causa del poder divino, (II Macabeos 3, 29)

  • Encendido en ira, despojó inmediatamente a Andrónico, de la púrpura y desgarró sus vestidos. Le hizo conducir por toda la ciudad hasta el mismo lugar donde tan impíamente había tratado a Onías; allí hizo desaparecer de este mundo al criminal, a quien el Señor daba el merecido castigo. (II Macabeos 4, 38)

  • Pues aunque me libre al presente del castigo de los hombres, sin embargo ni vivo ni muerto podré escapar de las manos del Todopoderoso. (II Macabeos 6, 26)

  • Pronto envió a las ciudades marítimas una invitación para que vinieran a comprar esclavos judíos, prometiendo entregar noventa esclavos por un talento sin esperarse el castigo del Todopoderoso que estaba a punto de caer sobre él. (II Macabeos 8, 11)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina