Löydetty 170 Tulokset: Montes

  • Canción para las subidas. Alzo mis ojos a los montes: ¿de dónde vendrá mi auxilio? (Salmos 121, 1)

  • ¡Jerusalén, de montes rodeada! Así Yahveh rodea a su pueblo desde ahora y por siempre. (Salmos 125, 2)

  • ¡Yahveh, inclina tus cielos y desciende, toca los montes, que echen humo; (Salmos 144, 5)

  • El que cubre de nubes los cielos, el que lluvia a la tierra prepara, el que hace germinar en los montes la hierba, y las plantas para usos del hombre, (Salmos 147, 8)

  • Cuando el sol dio sobre los escudos de oro y bronce, resplandecieron los montes a su fulgor y brillaron como antorchas encendidas. (I Macabeos 6, 39)

  • Una parte del ejército real se desplegó por las alturas de los montes, mientras algunos lo hicieron por el llano; y avanzaban con seguridad y buen orden. (I Macabeos 6, 40)

  • y derrotaron al ala derecha y la persiguieron hasta los montes de Azara. (I Macabeos 9, 15)

  • donde el ejército extranjero les vino al encuentro en la llanura después de dejar hombres emboscados en los montes. Mientras este ejército se presentaba de frente, (I Macabeos 11, 68)

  • Antes que los montes fuesen asentados, antes que las colinas, fui engendrada. (Proverbios 8, 25)

  • Cortada la hierba, aparecido el retoño, y apilado el heno de los montes, (Proverbios 27, 25)

  • ¡La voz de mi amado! Helo aquí que ya viene, saltando por los montes, brincando por los collados. (Cantar 2, 8)

  • Antes que sople la brisa del día y se huyan las sombras, vuelve, sé semejante, amado mío, a una gacela o a un joven cervatillo por los montes de Béter. (Cantar 2, 17)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina