Löydetty 386 Tulokset: viaje en el desierto

  • Pero no los expulsaré en un solo año, no sea que el país se convierta en un desierto y las bestias salvajes se multipliquen en perjuicio tuyo. (Exodo 23, 29)

  • Extenderé tus dominios desde el Mar Rojo hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el Éufrates, porque yo pondré en tus manos a los habitantes del país para que los expulses delante de ti. (Exodo 23, 31)

  • que el Señor prescribió a Moisés en la montaña del Sinaí, cuando ordenó que los israelitas presentaran sus ofrendas al Señor, en el desierto del Sinaí. (Levítico 7, 38)

  • En cuanto al chivo destinado por la suerte a Azazel, será puesto vivo delante del Señor, a fin de enviarlo al desierto para Azazel. (Levítico 16, 10)

  • Aarón impondrá sus dos manos sobre la cabeza del animal y confesará sobre él todas las iniquidades y transgresiones de los israelitas, cualesquiera sean los pecados que hayan cometido, cargándolas sobre la cabeza del chivo. Entonces lo enviará al desierto por medio de un hombre designado para ello. (Levítico 16, 21)

  • El chivo llevará sobre sí, hacia una región inaccesible, todas las iniquidades que ellos hayan cometido; y el animal será soltado en el desierto. (Levítico 16, 22)

  • Los dispersaré entre las naciones y desenvainaré la espada detrás de ustedes. Así el país se convertirá en un desierto y sus ciudades, en ruinas. (Levítico 26, 33)

  • En el segundo año después de la salida de Egipto, el primer día del segundo mes, el Señor dijo a Moisés en el desierto del Sinaí, en la Carpa del Encuentro: (Números 1, 1)

  • Así los registró Moisés en el desierto del Sinaí, como el Señor se lo había ordenado. (Números 1, 19)

  • Nadab y Abihú murieron en la presencia del Señor, cuando presentaron ante él un fuego profano, en el desierto del Sinaí. Y como no tenían hijos, los que ejercieron el sacerdocio delante de Aarón, su padre, fueron Eleazar e Itamar. (Números 3, 4)

  • El Señor dijo a Moisés en el desierto del Sinaí: (Números 3, 14)

  • En el primer mes del segundo año después de la salida de Egipto, el Señor dijo a Moisés en el desierto del Sinaí: (Números 9, 1)


“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina