Löydetty 328 Tulokset: presencia divina

  • Al llegar a Jerusalén, fue recibido amistosamente por el Sumo Sacerdote de la ciudad, al que informó sobre la denuncia que se había hecho y le manifestó el motivo de su presencia, preguntándole si todo eso era verdad. (II Macabeos 3, 9)

  • Mientras él yacía derribado por la fuerza divina, sin habla y sin esperanza de salvación, (II Macabeos 3, 29)

  • "Si tienes algún enemigo o alguien que conspira contra el gobierno, envíalo allá y volverá molido a golpes, si es que logra salvar su vida. Porque te aseguro que una fuerza divina rodea aquel lugar: (II Macabeos 3, 38)

  • y cuando estuvieron al rojo vivo, ordenó que cortaran la lengua al que había hablado en nombre de los demás, y que le arrancaran el cuello cabelludo y le amputaran las extremidades en presencia de sus hermanos y de su madre. (II Macabeos 7, 4)

  • El Macabeo dejó entonces a Simón y a José, junto con Zaqueo y muchos otros -en número suficiente para asediarlos- y él partió para otros lugares donde era más necesaria su presencia. (II Macabeos 10, 19)

  • Aléjate de la presencia de un necio: no hallarás ciencia en sus labios. (Proverbios 14, 7)

  • Un regalo abre paso al que lo da y lo introduce en la presencia de los grandes. (Proverbios 18, 16)

  • quita al malvado de la presencia del rey, y su trono se afianzará en la justicia. (Proverbios 25, 5)

  • No te des importancia en la presencia del rey ni te pongas en el lugar de los grandes: (Proverbios 25, 6)

  • Yo reconocí que todo lo que hace Dios dura para siempre: no hay que añadirle ni quitarle nada, y Dios obra así para que se tenga temor en su presencia. (Eclesiastés 3, 14)

  • No te apresures a retirarte de su presencia ni te obstines en nada malo, porque él hace lo que quiere: (Eclesiastés 8, 3)

  • El pecador que hace cien veces el mal puede, a pesar de todo, vivir largo tiempo. Sin embargo, yo sé muy bien que la felicidad es para los que temen a Dios, porque ellos sienten temor en su presencia. (Eclesiastés 8, 12)


“É loucura fixar o olhar no que rapidamente passa”. São Padre Pio de Pietrelcina