Löydetty 624 Tulokset: ojos

  • Inclina tu oído, Dios mío, y escucha; abre tus ojos y mira nuestras ruinas y la ciudad que es llamada con tu Nombre, porque no presentamos nuestras súplicas delante de ti a causa de nuestros actos de justicia, sino a causa de tu gran misericordia. (Daniel 9, 18)

  • Alcé mis ojos y vi a un hombre vestido de lino y ceñido con un cinturón de oro fino de Ufaz. (Daniel 10, 5)

  • Su cuerpo brillaba como el crisólito, su rostro tenía el aspecto del relámpago, sus ojos eran como antorchas de fuego, sus brazos y sus piernas como el fulgor del bronce bruñido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud. (Daniel 10, 6)

  • Ellos perdieron la cabeza y apartaron sus ojos para no mirar al Cielo y no acordarse de sus justos juicios. (Daniel 13, 9)

  • Ella, bañada en lágrimas, levantó sus ojos al cielo, porque su corazón estaba lleno de confianza en el Señor. (Daniel 13, 35)

  • Desde ese día, Daniel fue grande a los ojos del pueblo. (Daniel 13, 64)

  • ¿Y yo voy a rescatarlos del poder del Abismo? ¿Voy a redimirlos de la muerte? ¿Dónde está, Muerte, tu pestilencia? ¿Dónde están tus plagas, Abismo? La compasión se oculta a mis ojos. (Oseas 13, 14)

  • ¿No ha sido retirado el alimento delante de nuestros ojos, y también el gozo y la alegría, de la Casa de nuestro Dios? (Joel 1, 16)

  • si van cautivos delante de sus enemigos, allí ordenaré a la espada que los mate; yo tendré puestos mis ojos sobre ellos para su mal y no para su bien. (Amós 9, 4)

  • Los ojos del Señor están puestos en ese reino pecador, para exterminarlo de la faz de la tierra. Pero yo no exterminaré completamente a la casa de Jacob -oráculo del Señor-. (Amós 9, 8)

  • Entonces dije: He sido arrojado lejos de tus ojos, pero yo seguiré mirando hacia tu santo Templo. (Jonás 2, 5)

  • Ahora se han reunido contra ti numerosas naciones, que dicen: "¡Que sea profanada, para que nuestros ojos se regocijen a la vista de Sión!". (Miqueas 4, 11)


“Leve Deus aos doente; valera’ mais do que qualquer tratamento!” São Padre Pio de Pietrelcina