Löydetty 157 Tulokset: lamentaciones de Jeremías

  • El rey Sedecías mandó que le trajeran a Jeremías, el profeta, a la tercera entrada de la Casa del Señor. El rey dijo a Jeremías: "Tengo que preguntarte una cosa; no me ocultes nada". (Jeremías 38, 14)

  • Jeremías respondió a Sedecías: "Si te la digo, seguro que me harás morir; y si te doy un consejo, no me escucharás". (Jeremías 38, 15)

  • Pero el rey Sedecías hizo este juramento a Jeremías, en secreto: "¡Por la vida del Señor que nos ha dado la vida, no te haré morir ni te pondré en manos de los hombres que atentan contra tu vida!". (Jeremías 38, 16)

  • Jeremías dijo a Sedecías: "Así habla el Señor, Dios de los ejércitos, el Dios de Israel: Si te rindes a los jefes del rey de Babilonia, tu vida estará a salvo, y esta ciudad no será incendiada: vivirás tú, y también tu familia. (Jeremías 38, 17)

  • El rey Sedecías dijo a Jeremías: "Estoy preocupado por los judíos que se pasaron al enemigo; temo que los caldeos me entreguen en sus manos, y ellos me traten desconsideradamente". (Jeremías 38, 19)

  • Jeremías respondió: "No te entregarán. Escucha entonces la voz del Señor en esto que yo te digo; así te irá bien y estará a salvo tu vida. (Jeremías 38, 20)

  • Sedecías dijo a Jeremías: "Que nadie se entere de estas palabras, y tú no morirás. (Jeremías 38, 24)

  • Todos los jefes, en efecto, fueron a ver a Jeremías y lo interrogaron. Pero él les informó ateniéndose a lo que le había ordenado el rey, y ellos lo dejaron tranquilo, porque nadie había oído la conversación. (Jeremías 38, 27)

  • Jeremías permaneció en el patio de la guardia hasta el día en que Jerusalén fue tomada. Y él estaba allí cuando Jerusalén fue tomada. (Jeremías 38, 28)

  • Nabucodonosor, rey de Babilonia, había dado esta orden a Nebuzaradán, comandante de la guardia, acerca de Jeremías: (Jeremías 39, 11)

  • mandaron sacar a Jeremías del patio de la guardia, y se lo encomendaron a Godolías, hijo de Ajicám, hijo de Safán, para que lo dejara ir a su casa. Así Jeremías permaneció en medio del pueblo. (Jeremías 39, 14)

  • La palabra del Señor llegó a Jeremías, mientras estaba detenido en el patio de la guardia, en estos términos: (Jeremías 39, 15)


“Feliz a alma que atinge o nível de perfeição que Deus deseja!” São Padre Pio de Pietrelcina