Löydetty 75 Tulokset: Adversarios

  • Él se lanzó contra la nación enemiga y en la pendiente aniquiló a los adversarios, para que las naciones reconocieran la fuerza de sus armas, porque hacía la guerra de parte del Señor. (Eclesiástico 46, 6)

  • Porque él destruyó a los enemigos de alrededor y aniquiló a sus adversarios, los filisteos, quebrando su poderío hasta el día de hoy. (Eclesiástico 47, 7)

  • porque tú has sido mi protector y mi ayuda, y has librado mi cuerpo de la perdición, del lazo de la lengua calumniadora y de los labios que traman mentiras. Frente a mis adversarios, tú has sido mi ayuda y mes has librado, (Eclesiástico 51, 2)

  • Por eso -oráculo del Señor de los ejércitos, el Fuerte de Israel-: ¡Ay! ¡Me desquitaré de mis adversarios y me vengaré de mis enemigos! (Isaías 1, 24)

  • El Señor suscitó contra él a sus adversarios e incitó a sus enemigos, (Isaías 9, 10)

  • Señor, tu mano está levantada, pero ellos no la ven: ¡que vean avergonzados tu celo por el pueblo, que los devore el fuego destinado a tus adversarios! (Isaías 26, 11)

  • Pero el tropel de tus adversarios quedará reducido a polvo, y el tropel de los tiranos será como paja que se lleva el viento. De repente, en un instante, (Isaías 29, 5)

  • Conforme a las obras, será la retribución: furor para sus adversarios, represalia para sus enemigos. (Isaías 59, 18)

  • ¿Por qué los impíos hollaron tu Lugar santo y nuestros adversarios pisotearon tu Santuario? (Isaías 63, 18)

  • ¡Si rasgaras el cielo y descendieras, las montañas se disolverían delante de ti, como el fuego enciende un matorral, como el fuego hace hervir el agua! Así manifestarías tu Nombre a tus adversarios y las naciones temblarían ante ti. (Isaías 64, 1)

  • Pero los que te devoran serán devorados y todos tus adversarios irán al cautiverio; los que te despojan serán despojados y a los que te saquean, los entregaré al saqueo. (Jeremías 30, 16)

  • Pero ese día es para el Señor de los ejércitos un día de venganza para vengarse de sus adversarios. La espada devora y se sacia, se abreva de su sangre. Porque el Señor de los ejércitos tiene un sacrificio en el país del Norte, junto al río Éufrates. (Jeremías 46, 10)


“Deus não opera prodígios onde não há fé.” São Padre Pio de Pietrelcina