Löydetty 64 Tulokset: sesenta

  • Roboam amó a Maacá, hija de Absalón, más qua todas sus mujeres y concubinas, pues tuvo dieciocho mujeres y sesenta concubinas; y fue padre de veintiocho hijos y sesenta hijas. (2 Crónicas 11, 21)

  • llegaban con mil doscientos carros y sesenta mil caballos; no se podía contar la gente que venía con él de Egipto: libios, sukitas y etíopes. (2 Crónicas 12, 3)

  • de los hijos de Baní, Selomit, hijo de Josifía, y con él ciento sesenta hombres; (Esdras 8, 9)

  • de los hijos de Bigvaí, Utai, hijo de Zacur, y con él sesenta hombres. (Esdras 8, 14)

  • Tobit murió en paz a la edad de ciento doce años y fue sepultado dignamente en Nínive. Tenía sesenta y dos años cuando quedó ciego; después de recuperar la vista vivió feliz, practicó la limosna, alabó siempre a Dios y proclamó sus grandezas. (Tobías 14, 2)

  • Por su parte, los judíos de las otras provincias también se organizaron para defender sus vidas y su tranquilidad, dando muerte a sesenta y cinco mil de sus enemigos, pero no tocaron sus bienes. (Ester 9, 16)

  • Al año siguiente organizó un ejército de sesenta mil hombres y cinco mil caballos para hacerles frente. (1 Macabeos 4, 28)

  • El año ciento sesenta, Alejandro Epífanes, hijo de Antíoco, se embarcó y ocupó Tolemaida, donde fue bien recibido y comenzó a reinar. (1 Macabeos 10, 1)

  • El séptimo mes del año ciento sesenta, con ocasión de las fiestas de los Tabernáculos, Jonatán vistió los ornamentos sagrados. También reclutó tropas y fabricó gran cantidad de armamentos. (1 Macabeos 10, 21)

  • Tolomeo salió de Egipto el año ciento sesenta y dos con su hija Cleopatra, y llegó a Tolemaida. (1 Macabeos 10, 57)

  • El año ciento sesenta y cinco, Demetrio, hijo de Demetrio, vino de Creta al país de sus padres. (1 Macabeos 10, 67)

  • De esta manera, Demetrio obtuvo el reinado el año ciento sesenta y siete. (1 Macabeos 11, 19)


“Mesmo quando perdemos a consciência deste mundo, quando parecemos já mortos, Deus nos dá ainda uma chance de entender o que é realmente o pecado, antes de nos julgar. E se entendemos corretamente, como podemos não nos arrepender?” São Padre Pio de Pietrelcina