Löydetty 260 Tulokset: salió

  • Yael salió al encuentro de Sísara y le dijo: «Vente por acá, mi señor, no temas.» Sísara entró y Yael lo escondió bajo una manta. El le pidió un poco de agua para calmar la sed. (Jueces 4, 18)

  • Cuando llegó Barac, Yael le salió al encuentro y le dijo: «Ven, que te mostraré al hombre que buscas.» El entró y vio a Sísara muerto con la estaca en la cabeza. (Jueces 4, 22)

  • Gedeón lo hizo así. En ese momento el Angel de Yavé extendió el bastón que tenía en la mano y tocó la carne y los panes. De repente una llamarada salió de la roca. El fuego quemó la carne y los panes y el Angel de Yavé desapareció. (Jueces 6, 21)

  • Cuando Gaal, hijo de Obed, salió y se detuvo a la entrada de la ciudad, Abimelec y la tropa que le acompañaba salieron de su emboscada. (Jueces 9, 35)

  • Gaal salió al frente de la gente de Siquem y presentó batalla a Abimelec. (Jueces 9, 39)

  • Al día siguiente el pueblo salió al campo. (Jueces 9, 42)

  • Cuando Jefté volvió a su casa en Mizpá, su hija le salió al encuentro; tan contenta estaba de ver a su padre, que bailaba, acompañándose de su pandereta. Era la única; fuera de ella no había hijas o hijos. (Jueces 11, 34)

  • Les dijo: «Del que come salió la comida, y del fuerte salió la dulzura.» Después de tres días no habían acertado la adivinanza. (Jueces 14, 14)

  • Un día dejó Belén y salió al camino para ver dónde podría establecerse como forastero. Llegó a los cerros de Efraím, a la casa de Miqueas. (Jueces 17, 8)

  • Estaban ya lejos de la casa de Miqueas cuando la gente de las casas vecinas se puso a gritar y salió en su persecución. (Jueces 18, 22)

  • El dueño de la casa salió donde ellos y les dijo: «No, hermanos míos, no se porten mal con él. Ya que este hombre ha entrado en mi casa, no cometan infamia contra él. (Jueces 19, 23)

  • Por la mañana se levantó su marido, abrió las puertas de la casa y salió para continuar su camino. Entonces vio a la mujer, su concubina, tendida a la entrada de la casa, con las manos en el umbral, (Jueces 19, 27)


“Jesus está com você, e o Cireneu não deixa de ajudar-te a subir o Calvário.” São Padre Pio de Pietrelcina