Löydetty 373 Tulokset: pueblos cananeos

  • yo arrancaré a Israel del país que le he dado; arrojaré de mi presencia esta Casa que yo he consagrado a mi nombre, y todos los pueblos se burlarán de Israel y lo pondrán como ejemplo. (1 Reyes 9, 7)

  • Hiram, rey de Tiro, había proporcionado a Salomón madera de cedro y de ciprés y todo el oro que necesitó. Al cabo de ese tiempo, Salomón le dio veinte pueblos en la tierra de Galilea. (1 Reyes 9, 11)

  • Hiram salió de Tiro para ver los pueblos que Salomón le había dado, pero no le gustaron. (1 Reyes 9, 12)

  • Dijo: «¿Qué pueblos son estos que me has dado, hermano?» Y los llamó Cabul (Tierra baldía), nombre que han conservado hasta el día de hoy. (1 Reyes 9, 13)

  • pues Faraón, rey de Egipto, había subido y se había apoderado de Gazer, la incendió y mató a todos los cananeos que habitaban en la ciudad y se la dio en herencia a su hija, la esposa de Salomón. (1 Reyes 9, 16)

  • Eran de aquellos pueblos a propósito de los cuales Yavé había dicho a los israelitas: «No se unan a ellas, ni ellas a ustedes, pues ellas los inclinarán hacia sus dioses.» Pero Salomón se enamoró de ellas: (1 Reyes 11, 2)

  • Así y todo, cada uno de aquellos pueblos se fabricó su dios, que colocaron en los santuarios de las lomas que habían edificado los samaritanos; cada uno de estos pueblos puso a su dios en la ciudad donde habitaba: (2 Reyes 17, 29)

  • Se portó muy mal con Yavé, imitando las pésimas prácticas de los pueblos a los que Yavé había quitado el país para dárselo a los israelitas. (2 Reyes 21, 2)

  • Pero fueron infieles al Dios de sus padres y se prostituyeron siguiendo a los dioses de los pueblos del país que Dios había destruido delante de ellos. (1 Crónicas 5, 25)

  • Además, de los pueblos vecinos e incluso de Isacar, Zabulón y Neftalí, traían comida, en burros, camellos, mulos y bueyes; provisiones de harina, tortas de higo y pasas, vino, aceite, ganado mayor y menor en abundancia, pues reinaba la alegría en Israel. (1 Crónicas 12, 41)

  • Proclamen su gloria entre las naciones y digan sus maravillas entre los pueblos. (1 Crónicas 16, 24)

  • escucha tú desde los cielos, lugar de tu morada, y haz cuanto te pida el extranjero, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre y te teman como tu pueblo Israel, y sepan que tu nombre es invocado sobre esta Casa que yo he construido. (2 Crónicas 6, 33)


“Comunguemos com santo temor e com grande amor.” São Padre Pio de Pietrelcina