Löydetty 454 Tulokset: ojos

  • Eliseo se puso a caminar por la casa, de un lado a otro. Luego volvió a acostarse sobre el niño hasta siete veces, y el niño estornudó y abrió sus ojos. (2 Reyes 4, 35)

  • Oró Eliseo y dijo: «Yavé, abre sus ojos para que vea.» Abrió Yavé los ojos del muchacho y vio el cerro lleno de caballos y carros de fuego en torno a Eliseo. (2 Reyes 6, 17)

  • Cuando entraron a Samaria, Eliseo dijo: «Yavé, abre sus ojos para que vean.» Abrió Yavé sus ojos y vieron que estaban dentro de Samaria. (2 Reyes 6, 20)

  • El escudero sobre cuyo brazo se apoyaba el rey, respondió al hombre de Dios: «Aunque Yavé abriera las ventanas del cielo para que llueva trigo, ¿podría ocurrir tal cosa?» Eliseo contestó: «Con tus ojos lo verás, pero no lo comerás.» (2 Reyes 7, 2)

  • el escudero había declarado al hombre de Dios: «Aunque Yavé abriera las ventanas del cielo para que llueva trigo, no podrá ocurrir lo que tú dices.» Eliseo le había dicho: «Con tus ojos lo verás, pero no lo comerás.» (2 Reyes 7, 19)

  • Jehú entró en la ciudad de Jezrael. Al saberlo Jezabel, se pintó los ojos, adornó su cabello y se asomó a la ventana. (2 Reyes 9, 30)

  • Joás hizo lo que es recto a los ojos de Yavé durante los años que lo guió el sacerdote Joyada. (2 Reyes 12, 3)

  • Hizo lo que es malo a los ojos de Yavé; no se apartó de ninguno de los pecados con que Jeroboam, hijo de Nabat, había hecho pecar a Israel, sino que anduvo en ellos. (2 Reyes 13, 11)

  • Hizo lo que es recto a los ojos de Yavé, pero no como su padre David; hizo en todo como su padre Joás. (2 Reyes 14, 3)

  • Sacrificaron a sus hijos e hijas por el fuego, practicaron la adivinanza y la magia, y se prestaron a hacer lo malo a los ojos de Yavé, provocando su ira. (2 Reyes 17, 17)

  • Hizo lo que es recto a los ojos de Yavé, imitando a David, su antepasado. (2 Reyes 18, 3)

  • Abre, Yavé, tus ojos y mira. Mira, Yavé, las palabras de Senaquerib con que manda a insultar al Dios vivo. (2 Reyes 19, 16)


“Que o Espírito Santo guie a sua inteligência, faça-o descobrir a verdade escondida na Sagrada Escritura e inflame a sua vontade para praticá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina