Löydetty 454 Tulokset: ojos

  • Yo no daba crédito a lo que oía, hasta que he venido y lo he visto con mis propios ojos; y encuentro que no se me había contado ni la mitad de la grandeza de tu sabiduría, pues tú superas todo lo que oí decir. (2 Crónicas 9, 6)

  • Asá hizo lo que es bueno y recto a los ojos de Yavé su Dios. (2 Crónicas 14, 1)

  • Porque los ojos de Yavé recorren toda la tierra para fortalecer a los que le sirven de todo corazón. Pero has procedido neciamente en esta ocasión y por eso de aquí en adelante tendrás guerras.» (2 Crónicas 16, 9)

  • Oh Dios nuestro, ¿no harás justicia con ellos? Pues nosotros no tenemos fuerza para hacer frente a esta gran multitud que viene contra nosotros y no sabemos qué hacer. Pero nuestros ojos se vuelven a ti.» (2 Crónicas 20, 12)

  • Siguió en todo el camino de su padre Asá, sin desviarse de él, haciendo lo que era correcto a los ojos de Yavé. (2 Crónicas 20, 32)

  • Obró lo que es bueno a los ojos de Yavé, aunque no de todo corazón. (2 Crónicas 25, 2)

  • Ajaz tenía veinte años cuando empezó a reinar, y reinó dieciséis años en Jerusalén. No hizo lo que es recto a los ojos de Yavé, como su padre David, (2 Crónicas 28, 1)

  • Hizo lo que era bueno a los ojos de Yavé, como David su padre. (2 Crónicas 29, 2)

  • Por eso, la ira de Yavé ha venido sobre Judá y Jerusalén, y él los ha convertido en objeto de espanto, terror y rechifla, como lo estamos viendo con nuestros ojos. (2 Crónicas 29, 8)

  • Muchos trajeron entonces ofrendas a Yavé, a Jerusalén, y presentes a Ezequías, rey de Judá; el cual desde aquel entonces adquirió gran prestigio a los ojos de todas las naciones. (2 Crónicas 32, 23)

  • Hizo el mal a los ojos de Yavé imitando las costumbres abominables de las naciones a las que Yavé quitó el país para dárselo a Israel. (2 Crónicas 33, 2)

  • y sacrificó a sus hijos por el fuego en el valle de Ben-Hinom; practicó la adivinanza, la magia y la hechicería, estableció espiritistas y adivinos, haciendo mucho mal a los ojos de Yavé y provocando su cólera. (2 Crónicas 33, 6)


“Rezai e continuai a rezar para não ficardes entorpecidos”. São Padre Pio de Pietrelcina