Löydetty 114 Tulokset: Tropas

  • El rey Demetrio había llegado a dominar el reino y nadie se le oponía; entonces disolvió su ejército, enviándolos a sus casas, salvo las tropas extranjeras que había reclutado en las islas de los paganos, con lo cual se atrajo el odio de todas las tropas que habían servido a sus padres. (1 Macabeos 11, 38)

  • Por el momento harías bien mandándome tropas, porque todos mis soldados me han abandonado.» (1 Macabeos 11, 43)

  • Las tropas licenciadas por Demetrio se pusieron a su lado y lucharon contra Demetrio, que tuvo que huir. (1 Macabeos 11, 55)

  • Entonces, las tropas que lo habían abandonado volvieron a su lado y, todos juntos, persiguieron a los enemigos hasta Cades, donde estaba su campamento, y acamparon allí. (1 Macabeos 11, 73)

  • Lo recibió con honores, lo presentó a todos sus amigos, haciéndole regalos y además ordenando a sus amigos y a sus tropas que le obedecieran como si fuera él mismo. (1 Macabeos 12, 43)

  • Trifón envió tropas y caballería a Galilea y a la gran llanura, para acabar con todos los partidarios de Jonatán. (1 Macabeos 12, 49)

  • Luego mandó a Jonatán, hijo de Absalón, a Jafa con tropas importantes; éste expulsó a los que allí estaban y se estableció en ella. (1 Macabeos 13, 11)

  • Juan, hijo de Simón, era ya hombre; su padre lo nombró general en jefe de todas las tropas y Juan se estableció en Gazara. (1 Macabeos 13, 54)

  • Ya que hombres malvados se han apoderado del reino de nuestros padres, me he propuesto recobrarlo para restablecer la situación anterior. He reunido numerosas tropas y equipado naves de guerra (1 Macabeos 15, 3)

  • El año ciento setenta y cuatro Antíoco marchó a la tierra de sus padres y todas las tropas se le unieron, quedando unos pocos partidarios de Trifón. (1 Macabeos 15, 10)

  • El rey nombró a Cendebeo general, entregándole una parte de las tropas y de los jinetes. (1 Macabeos 15, 38)

  • dejando allí tropas y jinetes para hacer salidas y patrullar por los caminos, conforme a las órdenes del rey. (1 Macabeos 15, 41)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina