Löydetty 226 Tulokset: Levitas

  • Cuídenlos y guárdenlos hasta que los pesen ante los jefes de los sacerdotes y levitas y de las familias de Israel en Jerusalén, en las habitaciones de la Casa de Yavé.» (Esdras 8, 29)

  • Entonces, los sacerdotes y levitas recibieron todo lo que habíamos pesado: la plata, el oro y los vasos, para llevarlos a Jerusalén a la Casa de nuestro Dios. (Esdras 8, 30)

  • al cuarto, pesamos en la Casa de nuestro Dios la plata, el oro y los vasos, entregándolo todo a Merinot, hijo de Urías, sacerdote, y a Eleazar, hijo de Finjas, junto con Josabad, hijo de Josué, y Noadías, hijo de Binuí, levitas. (Esdras 8, 33)

  • Después de terminar todo esto, se me acercaron los jefes diciendo: «El pueblo de Israel, los sacerdotes y levitas no se han separado de las gentes de este país que sirven a los ídolos: los cananeos, heteos, fereceos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos. (Esdras 9, 1)

  • Entonces Esdras se levantó e hizo jurar a los jefes de los sacerdotes, de los levitas y de todo Israel que harían lo que se acababa de decir, y ellos lo juraron. (Esdras 10, 5)

  • Jonatán, hijo de Azel, y Jajzia, hijo de Tecua, apoyados por los levitas Mesulam y Subtay, fueron los únicos que se opusieron a este parecer, (Esdras 10, 15)

  • Entre los levitas: Joazabad, Simei, Quelaías (es decir, Quelitá), Petajías, Judá y Eliezer. (Esdras 10, 23)

  • A continuación trabajaron los levitas: Rejum, hijo de Baní, y a su lado, Jasavías, jefe de la mitad del distrito de Queilá, en su distrito; (Nehemías 3, 17)

  • Levitas: los hijos de Josué, de Gadmiel, de la familia de Hodías, 74. (Nehemías 7, 43)

  • Los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los ayudantes y los demás israelitas se establecieron en sus ciudades. (Nehemías 7, 72)

  • Los levitas, Josué, Baní y sus demás hermanos explicaban la Ley al pueblo, que seguía de pie. (Nehemías 8, 7)

  • También los levitas tranquilizaron al pueblo diciéndole: «Dejen de llorar. Este día es día de fiesta. No estén tristes.» (Nehemías 8, 11)


“Devo fazer somente a vontade de Deus e, se lhe agrado, o restante não conta.” São Padre Pio de Pietrelcina