Löydetty 64 Tulokset: Jehú

  • Jehú levantó la vista hacia la ventana y gritó: «¿Quién está conmigo?» Dos o tres eunucos se inclinaron hacia él. (2 Reyes 9, 32)

  • Les dijo: «Echenla abajo.» La echaron por la ventana y su sangre salpicó los muros y los caballos, y Jehú pasó por encima con su carro. (2 Reyes 9, 33)

  • Jehú entró en Jezrael, comió y bebió. Después dio esta orden: «Cuiden de esta maldita y denle sepultura, pues es hija de rey.» (2 Reyes 9, 34)

  • Cuando avisaron a Jehú, dijo: «Es lo que Elías de Tisbé había dicho de parte de Yavé: En el campo de Jezrael, los perros comerán la carne de Jezabel. (2 Reyes 9, 36)

  • Setenta hijos de Ajab vivían en Samaria. Jehú escribió cartas y las envió a Samaria, a los jefes de la ciudad, a los jueces y a los que cuidaban de los hijos de Ajab, diciendo: (2 Reyes 10, 1)

  • El mayordomo del palacio, el comandante de la ciudad, los jueces y los preceptores mandaron a Jehú esta respuesta: «Somos siervos tuyos, haremos lo que tú digas. No proclamaremos rey a nadie; haz tú lo que mejor te parezca.» (2 Reyes 10, 5)

  • El mensajero entró donde Jehú y le dijo: «Aquí te mandan las cabezas de los hijos del rey.» El respondió: «Pónganlas en dos montones a la entrada de la Puerta de Jezrael hasta mañana.» (2 Reyes 10, 8)

  • Por la mañana, salió Jehú y dijo a todo el pueblo: «Sean justos, díganme: Si yo he conspirado contra mi señor y le he quitado la vida, ¿quién ha degollado a todos éstos? (2 Reyes 10, 9)

  • Jehú mató después a todos los que quedaban del partido de Ajab en Jezrael, a todos sus ayudantes, familiares, sacerdotes, sin dejar ni uno con vida. (2 Reyes 10, 11)

  • Dijo Jehú: «Tómenlos vivos.» Los tomaron vivos y los degollaron a todos, junto a la cisterna de Betacad; eran cuarenta y dos hombres y no se dejó a ninguno con vida. (2 Reyes 10, 14)

  • Saliendo de allí encontró a Jonadab, hijo de Recab, que le salía al encuentro; Jehú lo saludó y le dijo: «¿Quieres ser leal conmigo como yo quiero serlo contigo?» Jonadab respondió: «Sí.» Y Jehú le dijo: «Dame tu mano.» Le dio la mano y él lo hizo subir a su carro. (2 Reyes 10, 15)

  • Jehú le dijo: «Ven conmigo y verás mi celo por Yavé.» Y lo llevó en su carro. (2 Reyes 10, 16)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina