Löydetty 2234 Tulokset: Ese

  • Si el justo se salva a duras penas, ¿dónde se presentarán el pecador y el impío? (1º Carta de Pedro 4, 18)

  • Por ellas nos ha concedido lo más grande y precioso que se pueda ofrecer: ustedes llegan a ser partícipes de la naturaleza divina, escapando de la corrupción que en este mundo va a la par con el deseo. (2º Carta de Pedro 1, 4)

  • Me parece bueno avivar su memoria mientras esté en la presente morada, (2º Carta de Pedro 1, 13)

  • cuando recibió de Dios Padre gloria y honor. En ese momento llegó sobre él una palabra muy extraordinaria de la gloriosa Majestad: «Este es mi Hijo muy querido, el que me agradó eligir.» (2º Carta de Pedro 1, 17)

  • Tampoco perdonó al mundo antiguo, cuando desencadenó las aguas del diluvio sobre el mundo de los malvados, y solamente protegió a Noé, el octavo portavoz del bien. (2º Carta de Pedro 2, 5)

  • Pero en cambio salvó a Lot, hombre recto que se sentía profundamente afligido por la conducta desenfrenada de aquella gente viciosa. (2º Carta de Pedro 2, 7)

  • Pero el Señor sabe librar de la prueba a sus servidores y reserva a los malos para castigarlos en el día del juicio. (2º Carta de Pedro 2, 9)

  • En especial esto vale para esa gente que corre tras los peores deseos de su naturaleza y desprecia la majestad del Señor. Son orgullosos y atrevidos, y no tienen miedo de insultar a los espíritus caídos, (2º Carta de Pedro 2, 10)

  • mientras los ángeles, superiores a ellos en fuerza y en poder, no se permiten ninguna acusación injuriosa en presencia del Señor. (2º Carta de Pedro 2, 11)

  • No pueden ver a una mujer sin desearla, no se cansan de pecar y de seducir a las almas poco firmes. Son gente maldita, que tienen el corazón ejercitado en la codicia. (2º Carta de Pedro 2, 14)

  • Con sus discursos altisonantes y vacíos alientan las pasiones y los deseos impuros en aquellos que acababan de liberarse, y los hacen recaer en el error. (2º Carta de Pedro 2, 18)

  • Sepan, en primer lugar, que en los últimos días se presentarán burlones que no harán caso más que de sus propias codicias, y preguntarán en son de burla: (2º Carta de Pedro 3, 3)


“Quando Jesus vem a nós na santa comunhão, encontra alegria em Sua criatura. Por nossa parte, procuremos Nele a nossa alegria.” São Padre Pio de Pietrelcina