4. Cuanto tuvieron sed, te invocaron; les diste el agua que brotó de una roca dura: sí, una piedra tosca calmó su sed.





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina