11. Pues, igual que un cinturón se ajusta a la cintura del hombre, así había hecho yo que se ajustara a mí toda la casa de Israel y la casa de Judá, dice el Señor, para que fuese mi pueblo, mi honra, mi gloria y mi honor; ¡pero no me han escuchado!".





“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina