8. Jelcías, el sumo sacerdote, dijo a Safán, el secretario: "He encontrado el libro de la ley en el templo del Señor". Jelcías dio el libro a Safán, quien lo leyó.





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina