13. Ezequías recibió gran contento y mostró a los enviados todo su tesoro, la plata, el oro, los aromas, los ungüentos preciosos, su armería y todo lo que tenía en sus almacenes; no hubo cosa en su palacio o en sus dominios que no se la mostrase.





“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina