30. A punto de morir por los golpes de la flagelación, les decía gimiendo: "El Señor, que todo lo sabe, ve bien que, pudiéndome librar de la muerte, estoy sufriendo en mi cuerpo los tormentos atroces de la flagelación; pero en el alma sufro gustoso todo esto por su santo temor".





“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina