47. Los vencedores se apoderaron del botín de guerra, cortaron la cabeza de Nicanor y la mano derecha que él había levantado con orgullo, y la colgaron en Jerusalén a la vista de todos.





“Meu Deus, perdoa-me. Nunca Te ofereci nada na minha vida e, agora, por este pouco que estou sofrendo, em comparação a tudo o que Tu sofreste na Cruz, eu reclamo injustamente!” São Padre Pio de Pietrelcina