5. Desde el momento en que le puso al frente de su casa y de todo cuanto tenía, el Señor bendijo la casa del egipcio en consideración a José. La bendición del Señor alcanzó a todo cuanto poseía, tanto en la casa como en el campo.





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina