Ezequiel, 37
10. Profeticé como el Señor me había ordenado, y el espíritu entró en aquellos huesos, que se reanimaron y se pusieron en pie. Era una cantidad inmensa.
10. Profeticé como el Señor me había ordenado, y el espíritu entró en aquellos huesos, que se reanimaron y se pusieron en pie. Era una cantidad inmensa.
“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina