Biblia Católica
 

Mateo, 26

64. Jesús le respondió: «Tú lo has dicho. Además, les aseguro que de ahora en adelante verán al Hijo del hombre sentarse a la derecha del Todopoderoso y venir sobre las nubes del cielo».

Versos relacionados con Mateo, 26:

San Mateo 26 describe la conspiración de los líderes religiosos para arrestar y condenar a Jesús la última cena, la traición de Judas, el arresto de Jesús y su juicio ante el Sanedrín. También informa la negación de Pedro y la flagelación de Jesús. Aquí hay cinco versos relacionados con los temas abordados en São Mateo 26:

Salmo 2:2 - "Los reyes de la tierra se levantan, y los príncipes conspiran contra el Señor y contra sus ungidos". Este versículo profético muestra que la conspiración de los líderes religiosos contra Jesús fue prevista en las Escrituras.

Isaías 53:3 - Fue despreciado y el más rechazado entre los hombres; hombre de dolor y quién sabe lo que es sufrir; y como uno de los cuales esconde su rostro, fue despreciado, y no hicimos un caso ". Este versículo profético se aplica a Jesús, quien fue rechazado y maltrato por los líderes religiosos y la gente en general.

Salmo 41:9 - "Incluso mi amigo íntimo, en quien confiaba, que comía de mi pan, levantó su talón contra mí". Este verso profético se aplica a la traición de Judas, quien fue uno de los discípulos más cercanos de Jesús.

Isaías 50:6 - "Le ofrecí la espalda a aquellos que me lastimaron, y mis rostros a los que me arrancaron la barba; no escondí mi cara de aquellos que me rompieron y me escupieron". Este verso profético se aplica a la flagelación de Jesús y a su disposición para sufrir por el bien de la humanidad.

Salmo 22:18 - "Divida mis túnicas y arroja clases sobre mi túnica". Este verso profético se aplica a la escena de la crucifixión de Jesús, cuando los soldados romanos dividieron su ropa.





“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina