20. Pusieron su orgullo en la hermosura de sus joyas e hicieron con ellas las imágenes abominables de sus ídolos. Por eso las convertiré en inmundicia:





“As almas não são oferecidas como dom; compram-se. Vós ignorais quanto custaram a Jesus. É sempre com a mesma moeda que é preciso pagá-las”. São Padre Pio de Pietrelcina