12. Y mi visión continuó. Cuando el Cordero abrió el sexto sello, se produjo un violento terremoto; el sol se puso negro como vestido de luto, la luna entera se tiñó como de sangre,





“Lembre-se de que você tem no Céu não somente um pai, mas também uma Mãe”. São Padre Pio de Pietrelcina