8. El pueblo se dispersaba para recogerlo, lo molían en molinos o lo machacaban en el almirez, lo cocían en una caldera y hacían tortas, que tenían el sabor de la pasta amasada con aceite.





“Enquanto tiver medo de ser infiel a Deus, você não será’. Deve-se ter medo quando o medo acaba!” São Padre Pio de Pietrelcina