Salmos, 44
8. que tú nos salvabas de nuestros adversarios, tú cubrías de vergüenza a nuestros enemigos;
8. que tú nos salvabas de nuestros adversarios, tú cubrías de vergüenza a nuestros enemigos;
“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina