Deuteronomio, 4

La Biblia de Jerusalén

1 Y ahora, Israel, escucha los preceptos y las normas que yo os enseño para que las pongáis en práctica, a fin de que viváis y entréis a tomar posesión de la tierra que os da Yahveh, Dios de vuestros padres.

2 No añadireís nada a lo que yo os mando, ni quitaréis nada; para así guardar los mandamientos de Yahveh vuestro Dios que yo os prescribo.

3 Vuestros propios ojos han visto lo que hizo Yahveh con Baal Peor: a todos los que habían seguido a Baal Peor, Yahveh tu Dios los exterminó de en medio de ti;

4 en cambio vosotros, que habéis seguido unidos a Yahveh vuestro Dios, estáis hoy todos vivos.

5 Mira, como Yahveh mi Dios me ha mandado, yo os enseño preceptos y normas para que los pongáis en práctica en la tierra en la que vais a entrar para tomarla en posesión.

6 Guardadlos y practicadlos, porque ellos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos que, cuando tengan noticia de todos estos preceptos, dirán: «Cierto que esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente.»

7 Y, en efecto, ¿hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está Yahveh nuestro Dios siempre que le invocamos?

8 Y ¿cuál es la gran nación cuyos preceptos y normas sean tan justos como toda esta Ley que yo os expongo hoy?

9 Pero ten cuidado y guárdate bien, no vayas o olvidarte de estas cosas que tus ojos han visto, ni dejes que se aparten de tu corazón en todos los días de tu vida; enséñaselas, por el contrario, a tus hijos y a los hijos de tus hijos.

10 El día que estabas en el Horeb en presencia de Yahveh tu Dios, cuando Yahveh me dijo: «Reúneme al pueblo para que yo les haga oír mis palabras a fin de que aprendan a tenerme mientras vivan en el suelo y se las enseñen a sus hijos»,

11 vosotros os acercasteis y permanecisteis al pie de la montaña, mientras la montaña ardía en llamas hasta el mismo cielo, entre tinieblas de nube y densa niebla.

12 Yahveh os habló de en medio del fuego; vosotros oíais rumor de palabras, pero no percibíais figura alguna, sino sólo una voz.

13 El os reveló su alianza, que os mandó poner en práctica, las diez Palabras que escribió en dos tablas de piedra.

14 Y a mí me mandó entonces Yahveh que os enseñase los preceptos y normas que vosotros deberíais poner en práctica en la tierra en la que vais a entrar para tomarla en posesión.

15 Tened mucho cuidado de vosotros mismos: puesto que no visteis figura alguna el día en que Yahveh os habló en el Horeb de en medio del fuego,

16 no vayáis a pervertiros y os hagáis alguna escultura de cualquier representación que sea: figura masculina o femenima,

17 figura de alguna de las bestias de la tierra, figura de alguna de las aves que vuelan por el cielo,

18 figura de alguno de los reptiles que serpean por el suelo, figura de alguno de los peces que hay en las aguas debajo de la tierra.

19 Cuando levantes tus ojos al cielo, cuando veas el sol, la luna, las estrellas y todo el ejército de los cielos, no vayas a dejarte seducir y te postres ante ellos para darles culto. Eso se lo ha repartido Yahveh tu Dios a todos los pueblos que hay debajo del cielo,

20 pero a vosotros os tomó Yahveh y os sacó del horno de hierro, de Egipto, para que fueseis el pueblo de su heredad, como lo sois hoy.

21 Por culpa vuestra Yahveh se irritó contra mí y juró que yo no pasaría el Jordán ni entraría en la tierra buena que Yahveh tu Dios te da en herencia.

22 Yo voy a morir en este país y no pasaré el Jordán. Vosotros en cambio lo pasaréis y poseeréis esa tierra buena.

23 Guardaos, pues, de olvidar la alianza que Yahveh vuestro Dios ha concluido con vosotros, y de haceros alguna escultura o representación de todo lo que Yahveh tu Dios te ha prohibido;

24 porque Yahveh tu Dios es un fuego devorador, un Dios celoso.

25 Cuando hayas engendrado hijos y nietos y hayáis envejecido en el país, si os pervertís y hacéis alguna escultura de cualquier representación, si hacéis lo malo a los ojos de Yahveh tu Dios hasta irritarle,

26 pongo hoy por testigos contra vosotros al cielo y a la tierra que desapareceréis rápidamente de esa tierra que vais a tomar en posesión al pasar el Jordán. No prolongaréis en ella vuestros días, porque seréis completamente destruidos.

27 Yahveh os dispersará entre los pueblos y no quedaréis más que unos pocos, en medio de las naciones adonde Yahveh os lleve.

28 Allí serviréis a dioses hechos por manos de hombre, de madera y piedra, que ni ven ni oyen, ni comen ni huelen.

29 Desde allí buscarás a Yahveh tu Dios; y le encontrarás si le buscas con todo tu corazón y con toda tu alma.

30 Cuando estés angustiado y te alcancen todas estas palabras, al fin de los tiempos, te volverás a Yahveh tu Dios y escucharás su voz;

31 porque Yahveh tu Dios es un Dios misericordioso: no te abandonará ni te destruirá, y no se olvidará de la alianza que con juramento concluyó con tus padres.

32 Pregunta, pregunta a los tiempos antiguos, que te han precedido desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra: ¿Hubo jamás desde un extremo a otro del cielo palabra tan grande como ésta? ¿Se oyó semejante?

33 ¿Hay algún pueblo que haya oído como tú has oído la voz del Dios vivo hablando de en medio del fuego, y haya sobrevivido?

34 ¿Algún dios intentó jamás venir a buscarse una nación de en medio de otra nación por medio de pruebas, señales, prodigios y guerra, con mano fuerte y tenso brazo, por grandes terrores, como todo lo que Yahveh vuestro Dios hizo con vosotros, a vuestros mismos ojos, en Egipto?

35 A ti se te ha dado a ver todo esto, para que sepas que Yahveh es el verdadero Dios y que no hay otro fuera de él.

36 Desde el cielo te ha hecho oír su voz para instruirte, y en la tierra te ha mostrado su gran fuego, y de en medio del fuego has oído sus palabras.

37 Porque amó a tus padres y eligió a su descendencia después de ellos, te sacó de Egipto personalmente con su gran fuerza,

38 desalojoó ante ti naciones más numerosas y fuertes que tú, te introdujo en su tierra y te la dio en herencia, como la tienes hoy.

39 Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón que Yahveh es el único Dios allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro.

40 Guarda los preceptos y los mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos después de ti, y prolongues tus días en el suelo que Yahveh tu Dios te da para siempre.

41 Moisés reservó entonces tres ciudades allende el Jordán, al oriente,

42 a las que pudiera huir el homicida que hubiera matado a su prójimo sin querer, sin haberle odiado anteriormente, y huyendo a una de estas ciudades, salvara su vida.

43 Eran éstas, para los rubenitas, Béser, en el desierto, en la Altiplanicie; para los gaditas, Ramot en Galaad; para los manasitas, Golán en Basán.

44 Esta es la ley que expuso Moisés a los israelitas.

45 Estos son los estatutos, preceptos y normas que dictó Moisés a los israelitas a su salida de Egipto,

46 al otro lado del Jordán, en el valle próximo a Bet Peor, en el país de Sijón, rey de los amorreos, que habitaba en Jesbón, aquel a quien Moisés y los israelitas habían batido a su salida de Egipto,

47 y cuyo país habían conquistado, así como el país de Og, rey de Basán, - los dos reyes amorreos del lado oriental del Jordán,

48 desde Aroer, que está situada al borde del valle del Arnón, hasta el monte Siryón (esto es, el Hermón) -

49 con toda la Arabá del lado oriental del Jordán, hasta el mar de la Arabá, al pie de las laderas del Pisgá.




Versículos relacionados com Deuteronomio, 4:

Deuteronomio 4 es un capítulo en el que Moisés exhorta al pueblo de Israel a seguir fielmente las leyes y mandamientos de Dios. Refuerza la importancia de obedecer a Dios y no desviar sus caminos. Moisés también se parece al Israel de su historia y la forma en que Dios los liberó de Egipto. A continuación hay cinco versos relacionados con los temas cubiertos en Deuteronomio 4.

Éxodo 20:3 - "No tendrás otros dioses delante de mí". Este versículo es uno de los diez mandamientos y enfatiza la importancia de adorar solo a Dios y no involucrarse en la idolatría, un pecado que Moisés advierte a la gente de Israel que evite en Deuteronomio 4.

Joshua 1:7 - "Sé solo fuerte y muy valiente para tener cuidado de hacer de acuerdo con toda la ley que mi sirviente Moses te ordenó; tú para donde quiera que camines ". Este versículo alienta a Israel a seguir fielmente las leyes y mandamientos de Dios, un tema central en Deuteronomio 4.

Deuteronomio 6:4-5 - "Escucha, Israel, el Señor nuestro Dios es el único Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y ​​de todas tus fuerzas". Moisés enfatiza la importancia de amar a Dios con todo su corazón y alma en Deuteronomio 4 y este verso es una expresión clásica de este mandamiento.

Deuteronomio 10:12-13 - "Y ahora, Israel, que el Señor tu Dios te pide, pero quién tendrá al Señor tu Dios, que andes en todos sus caminos, y los Ames, y el Señor tu Dios, con todo tu Corazón y toda tu alma, deja que los mandamientos de la Guardia del Señor y tus estatutos, ¿que hoy te ordeno a tu bien? " Este versículo destaca la importancia de temer a Dios, amarlo y seguirlo, así como la importancia de obedecer sus leyes y estatutos.

Deuteronomio 11:26-28 - "He aquí, hoy te puse ante ti la bendición y la maldición: la bendición, cuando cumples los mandamientos del Señor tu Dios, que hoy te mando; pero la maldición, si no cumples Los mandamientos del Señor si no cumples al Señor tu Dios, pero te desvías de la forma en que te ordeno hoy, para seguir a otros dioses que no has conocido ". Este versículo destaca la importancia de elegir obedecer a Dios y seguir sus caminos para recibir bendiciones en lugar de maldiciones. Es una advertencia que Moisés hace a Israel en Deuteronomio 4.


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