Sabiduría, 2
10. Oprimamos al pobre, a pesar de que es justo, no tengamos compasión de la viuda ni respetemos al anciano encanecido por los años.
10. Oprimamos al pobre, a pesar de que es justo, no tengamos compasión de la viuda ni respetemos al anciano encanecido por los años.
La sabiduría 2 presenta un discurso de los malvados que niegan la existencia de Dios y se jactan de sus malvados hechos, burlándose de los justos y esperando que sus vidas sean gratificantes y libres de consecuencias. A continuación hay cinco versos relacionados con los temas cubiertos en este capítulo:
Proverbios 1:22 - "¿Cuánto tiempo, inexperto, estarás contento con tu inexperiencia? ¿Y tú, burlándose, incluso cuando estés feliz de burlarse? Y tontos, ¿cuánto tiempo despreciará el conocimiento?" Este versículo habla de aquellos que se burlan y desprecian el conocimiento, así como de las malas sabidurías 2.
Trabajo 21:14-15- "Le dicen a Dios:" ¡Salgannos lejos de nosotros! No queremos saber sus caminos. ¿Quién es todopoderoso, por qué obedecemos? ¿Qué ganancias tendremos que recogerlo? " Estos versículos retratan la actitud de los malvados en la sabiduría 2, que niegan la existencia de Dios y rechazan sus caminos.
Salmo 10:3-4 - "El malvado, en su arrogancia, no busca a Dios; en todas sus tramas no hay lugar para Dios. Se considera superior a Dios y se burla de él, pero termina siendo castigado por su propia arrogancia " Estos versículos describen la arrogancia de los malvados en la Sabiduría 2, que piensan que son superiores a Dios y no buscan su guía.
Proverbios 3:34 - "Se burla de la burla, pero es generoso con los humildes". Este versículo habla de la actitud de Dios hacia arrogante y humilde, que contrasta con la actitud de los malvados en la sabiduría 2.
Proverbios 10:24 - "Lo que el miedo malvado les llega, pero se cumple el deseo de los justos". Este versículo habla sobre las consecuencias de las malas acciones que los malvados en la sabiduría 2 piensan que no tendrán.
“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina
