7. El asta de su lanza era gruesa como el palo de un telar y el hierro de la punta pesaba unos seis kilos. Su escudero iba delante de él.





“Quando a videira se separa da estaca que a sustenta, cai, e ao ficar na terra apodrece com todos os cachos que possui. Alerta, portanto, o demônio não dorme!” São Padre Pio de Pietrelcina