31. Y como si no le hubiera bastado persistir en los pecados de Jeroboám, hijo de Nebat, tomó por esposa a Jezabel, hija de Etbaal, rey de los sidonios, y fue a servir a Baal y se postró delante de él.





“Peçamos a São José o dom da perseverança até o final”. São Padre Pio de Pietrelcina