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  • Como testigos de su maldad subsisten todavía una tierra desolada y humeante, plantas que dan frutos que no llegan a madurar y una estatua de sal levantada en recuerdo de un alma incrédula. (Sabiduría 10, 7)

  • En efecto, estando celebrando todavía sus duelos funerarios y lamentándose sobre las tumbas de los muertos, ya concibieron otra idea absurda y se pusieron a perseguir como a fugitivos a los que habían suplicado que se fuesen. (Sabiduría 19, 3)

  • Pues se acordaban todavía de lo ocurrido en su salida; cómo, en vez de producir ganados, la tierra produjo mosquitos y, en vez de peces, el río arrojó multitud de ranas. (Sabiduría 19, 10)

  • Aunque se muestre humilde y obsequioso, ponte sobre aviso y guárdate de él. Haz con él como quien limpia un espejo y verás que no estaba todavía totalmente oxidado. (Eclesiástico 12, 11)

  • ¡Oh muerte, qué amargo es tu recuerdo para el hombre que goza en paz en medio de sus bienes; para el hombre sin preocupaciones y afortunado en todo, que todavía tiene fuerzas para gozar de los placeres! (Eclesiástico 41, 1)

  • ¿Para qué golpearos todavía, si os seguís rebelando? Enferma está toda la cabeza, el corazón entero dolorido. (Isaías 1, 5)

  • Esto dice el Señor Dios, que reúne a los dispersos de Israel: Todavía juntaré otros a los que están ya reunidos. (Isaías 56, 8)

  • Tus adulterios, tus gritos de lujuria, tus prostituciones vergonzosas sobre los collados y en el campo, todas tus infamias yo las he visto. ¡Ay de ti, Jerusalén, que continúas impura! ¿Hasta cuándo todavía? (Jeremías 13, 27)

  • Esto dice el Señor a este pueblo: "¡Cómo les gusta correr de acá para allá; no dan descanso a sus pies! Pero no agradan al Señor. Se acuerda todavía de su iniquidad y castiga sus pecados". (Jeremías 14, 10)

  • Esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: Todavía ha de emplearse esta expresión en la tierra de Judá y en sus ciudades cuando mejore yo su suerte: "¡Que el Señor te bendiga, sede de justicia, monte santo!". (Jeremías 31, 23)

  • Por segunda vez, estando todavía Jeremías detenido en el patio de la cárcel, le fue dirigida la palabra del Señor en estos términos: (Jeremías 33, 1)

  • mientras el ejército del rey de Babilonia combatía contra Jerusalén y contra las ciudades de Judá: Laquis y Azeca, que, entre las plazas fuertes de Judá, eran las únicas que todavía resistían. (Jeremías 34, 7)


“Não desperdice suas energias em coisas que geram preocupação, perturbação e ansiedade. Uma coisa somente é necessária: elevar o espírito e amar a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina